El concepto de nivel de madurez tecnológica por sus siglas en ingles TRL fue desarrollado por primera vez en los EE. UU. por la NASA. La clasificación refleja el estado de los resultados del desarrollo tecnológico para una amplia producción y / o aplicación. La evaluación de TRL y la asignación actual de TRL indica a los mercados y al consumidor la preparación del proceso o tecnología para una futura implementación.
El conocimiento de TRL facilita a los desarrolladores y clientes monitorear el progreso de la investigación y la elección de las tecnologías que están más cerca de su aplicación a gran escala. Para la industria petrolera, en términos de proyectos recobro mejorado (EOR), hay nueve niveles de madurez tecnológica.
Por lo tanto, los Niveles 1-3 representan la etapa de “Investigación” (Investigación: Principios básicos, Formulación del concepto y la aplicación, Validación del concepto), 4-6 representan el “Desarrollo” (Desarrollo: Piloto experimental, Piloto de demostración, Piloto industrial) y los grados 7-9 “Implementación” (Implementación: Primera implementación, Algunos registros de implementación, Implementación extensa).
La evaluación de tecnologías de recobro mejorado considera varios aspectos técnico-económicos tales como: Experimentos de Laboratorio, Modelado de Yacimientos, Procesos de Screening Avanzados, Sensibilidades y Pronósticos de Producción, consecuentemente la optimización y jerarquización de los escenarios, con la finalidad de seleccionar los más factibles antes de la fase de implementación. Una variable clave en esta fase para reducir riesgos y evitar fracasos, se basa en el grado de madurez de la tecnología.
La comprensión e incorporación del enfoque TRL en el flujo de trabajo para la selección de tecnologías EOR podría llevar a las empresas operadoras a aumentar la probabilidad de éxito tanto en el proyecto piloto como en la masificación. Siguiendo los conceptos del enfoque TRL, dentro de la categoría Nº9, se encuentran los procesos de Inyección de Polímeros, Inyección de Gases Miscibles (CO2), Inyección Alterna y Continua como los procesos ampliamente fundamentados y probados.
Estas tecnologías están probadas desde el punto de vista técnico – económico en cientos de proyectos alrededor del mundo. En base a lo anterior, la inyección de vapor sigue siendo la técnica más adecuada para maximizar la recuperación de hidrocarburos en los yacimientos de petróleo pesado, sin embargo, según la experiencia del operador, esta matriz referencial puede actualizarse.
Por último, la consideración de este enfoque es necesaria frente la avalancha de tecnologías emergentes que se cruzan actualmente en la industria petrolera para incrementar la producción de petróleo.
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