El petróleo es popularmente conocido por la volatilidad de su precio. Desde siempre, estamos acostumbrados a leer noticias sobre la evolución y cambios de los precios del petróleo, sus ajustes e influencias por actores externos. Sin embargo, ¿somos conscientes de los aspectos inherentes al propio crudo, la extracción, tratamiento y refinación de los crudos pesados y livianos, sus procesos y comercialización, y como todo esto afecta su valor?
Más allá de la influencia que puedan tener las relaciones internacionales, los intereses comerciales y la dependencia de la demanda del crudo a nivel global, el precio del petróleo históricamente también ha dependido de su calidad en términos de densidad, resaltando que, mientras más liviano, es mayor el margen de ganancia que arroja a las distintas comercializadoras; igualmente y como es lógico, este margen depende de la calidad final del producto o subproducto esperado. ¿Qué pasa entonces con los crudos pesados? ¿poseen un precio diferente?
El enfoque principal son las diferencias en los costos de producción y adicionalmente, los costos de procesamiento para alcanzar los niveles de calidad necesarios para que el crudo pueda ser comercializado. Generalmente, los crudos pesados requieren de un mayor grado de refinación y mejoramiento. Es decir, a medida que disminuye la calidad del petróleo crudo, se necesita más energía para convertirlo en productos con mayor valor comercial.
Siguiendo esta idea, si comprendemos que el valor energético neto del petróleo pesado toma en consideración la energía total requerida en cada etapa del proceso productivo hasta su refinación, entendemos la posible disminución del margen de beneficio y volatilidad del precio. Desde Nakasawa Resources apostamos por la incorporación de tecnologías para hacer más eficientes estos procesos y por ende, más rentables, disminuyendo el consumo de energía y los costos asociados en este delicado ciclo productivo.